30 de abril es la fecha que recordamos el tránsito del Divino Maestro Jesús.
Hace ya más de dos mil años, con su espíritu perfecto, trajo al mundo la Luz del Divino Padre Creador. Pero no os engañéis, no fue sólo en esa oportunidad que cumplió una misión Divina, pues estuvo siempre cerca de los hombres de este planeta ayudándolos en su avance moral y espiritual. Él también fue Profeta, y muchas reencarnaciones se pueden encontrar en las Sagradas Escrituras.
Según nos fue revelado por los Maestros de la Cosmogonía, un día 30 de abril, Jesús, nuestro Divino Maestro, nuestro hermano Mayor, el Hijo Dilecto del Supremo Creador, dejó nuestro mundo y partió a su plano espiritual.
Hoy recordamos su vida y enseñanzas con amor, sin mostrar el martirio que la maldad y la ignorancia de los hombres de su tiempo le hicieron pasar.
Piensan los hombres que la misión del Maestro Mesías quedó terminada con el sacrificio de su vida, empero su muerte no fue más que el sello con que debía quedar consagrada la grandeza de su obra, realizada a través de millones de millones de siglos, no sólo en nuestro planeta, sino en incontables mundos del Universo Infinito.
Ahora próximos son los tiempos para el restablecimiento de la Verdad y de la Justicia sobre la Tierra, se percibe por todas partes los celestes mensajeros que os traen las palabras del Supremo Creador para su glorificación en la hora actual y por toda la eternidad.
Regocijaos, pues, los que tanto habéis clamado por la llegada de una nueva era, de paz, de amor y de justicia entre los hombres, regocijaos, por cuanto son ya inequívocos los signos que tales cambios indican.
En las mismas conciencias de los hombres resplandecen como testimonios sin contradicción, de la era de bonanza que a la humanidad le ofrece finalmente, aunque con exclusión de los que retardan el progreso, los que descenderán a planos propios de su escaso adelantamiento.
Así, pues, tomad la era de la venida y muerte de Jesús y observad cuanta luz se difundió a partir de ese sacrificio. Grande fue la abnegación, grandes las virtudes, muy grandes los elevados ejemplos de altruismo, de apostólico renunciamiento, de intensos esfuerzos por el imperio de la verdad sobre la Tierra.
Bien pues, todo está destinado a fructificar y la Voluntad Divina ha considerado suficiente ya, la labor y el esfuerzo llevados a cabo por los que tal lucha sostuvieron, y en su eterna sabiduría y justicia les hará entrega del campo, quedando, desalojados así los refractarios a todo régimen de equidad, quienes abusaron siempre en su propio beneficio de todo lo que Dios colocara al alcance del hombre para el adelantamiento común de todos, mientras que de ello, éstos se apropiaran mediante malos manejos y con un fin puramente personal y egoísta.
Siendo así, por tanto os sirva como señal de llamada, la voz de vuestro Mesías recordando lo que habló a través de sus discípulos. Manteneos, pues, unidos y firmes sobre la fe que os ha sido comunicada y sed principalmente humildes, porque nada sois y porque es la humildad la llave que mejor abre las puertas del Cielo.
¡Cuántos errores, cuánta mentira, cuánta oscuridad ha acumulado el orgullo humano alrededor de la obra de Jesús con el sólo fin de la dominación!
Los que se declararon sus representantes sobre la Tierra, adueñándose de todo el fruto de su siembra en la Viña del Señor y prohibiendo cuanto no saliera de ellos, por cuanto únicamente de ellos había de recibirse lo que de Dios viniera, mantuvieron a la humanidad en el error, impidiéndole toda visión clara respecto de lo que es propio del Espíritu y en lo cual se encuentra su adelantamiento, por la visión y el conocimiento de lo que le corresponde a su propia naturaleza.
Así: la elevación llena de fe que hiciereis de vuestro pensamiento hacia el Padre, el arrepentimiento sincero de las faltas cometidas, el decidido propósito de enmienda, el esfuerzo en contra de vuestras pasiones, el predominio sobre la vanidad, el perdón de las ofensas, etc., son cosas que en sí mismas poseen la propiedad de aumentar la visión del espíritu, de darle lucidez y elevación, así que se encuentre encarnado, como esté desencarnado. Sed, pues, humildes de corazón y fuertes de alma, para dominar las bajas pasiones que os mantienen aplastados sobre la superficie de la Tierra, mantened cerrados vuestros sentidos a las tentaciones que os vienen de la materia y abrid, en cambio, cuanto os sea posible, los ojos del alma, para que veáis por ellos todo el esplendor de la morada que el Hijo de Dios nos tiene destinada, si a él os hubiereis unido por el acatamiento de las Leyes Divinas, por nuestra consagración a la práctica de sus enseñanzas y por el amor, que os haga partícipes de todo el calor de sus sentimientos.
Valor, pues, hermanos míos, ahora principalmente en que las preocupaciones, los vicios, las mentiras y las maldades de las mayorías, os apartan de sí, aislándoos de las tinieblas, de que están rodeados, y entre las que caerán envueltas, hasta ocupar el plano que les corresponde por su atraso, mientras que, purificado el ambiente con su partida, os hallaréis vosotros en medio de la dicha que proporciona la misma pureza del ambiente que ocupéis y la bondad e inteligencia de los que constituyen con vosotros los elegidos del Supremo Creador.
Invitamos a todos a realizar una ferviente oración cada 30 de abril, a las 21:00 horas, para recordar el tránsito del Maestro Mesías, y la gran revolución espiritual que trajo su estadía entre los hombres.
Gloria al Divino Padre Creador en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.
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