La Sabiduría es como un bálsamo para los seres humanos, agobiados por las circunstancias de la vida.
Sin embargo, de nosotros depende tener mejores vidas, y un mejor pasar.
¿Y cómo se logra?
Debemos reconocernos hijos de nuestro Creador y hermanos de nuestros semejantes.
También es muy importante actuar bajo la Moral Divina y acatar las Sagradas Leyes de Dios.
Hermanos míos, el más bello de los heroísmos humanos, es el olvido de sí mismo para llevar a otros la palabra de paz y de consuelo.
Las grandes virtudes se encuentran en senderos dolorosos y la marcha del hombre hacia el Creador no se efectúa sino a fuerza de sacrificios.
El infierno no existe. La muerte es el término de una etapa del espíritu; las existencias sucesivas operan paulatinamente la purificación, en la naturaleza de los espíritus, a los que la justicia de Dios da, a todos por igual, una manifestación confusa de la verdad, la cual paso a paso se perfecciona a medida que ellos caminan en la presencia del porvenir, por el abandono de los instintos materiales y por la pureza de los deseos.
Dios conoce vuestros más secretos pensamientos. Rogad pues con pureza de corazón para que vuestras oraciones sean oídas. Practicad el bien en las sombras y que vuestra mano izquierda no sepa lo que ha dado la derecha.
Cuando deis expansión a vuestro espíritu y a vuestro cuerpo con el descanso y distracción, sed fuertes en contra de todo lo que sea bajo y grosero, porque ello desarrollara en vosotros las tendencias bestiales y harán retroceder a vuestro espíritu.
Cuando estés en aflicción, decid: ¡Dios mío! Sea hecha tu voluntad y no la mía. Cuando os encontréis en la abundancia distribuid lo necesario a los que no tienen y cuando os encontréis en la necesidad, recurrid a vuestros hermanos.
La morada de Dios es la casa de las inteligencias que han llegado a la perfección y al coronamiento. Ellos han conquistado la perfección del espíritu y no descienden de las altas regiones sino para ayudar a los espíritus débiles, dar libertad a las almas esclavas, para demostrar a los ignorantes, la grandeza de Dios y el elevado destino del espíritu.
Adorad a Dios, como la luz y la libertad, como la calma y la fuerza, la inteligencia y pureza, y en la compresión de sus atributos.
Gloria al Divino Padre Creador en las alturas, y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad.
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