Conocida es la historia y destino de los Profetas de Dios, muchos de los cuales debieron sufrir la incomprensión e ingratitud del pueblo al que debían dar a conocer los designios Divinos. Otros Profetas sufrieron terribles persecuciones e incluso la muerte.
Este destino, es una característica que casi siempre se da en un verdadero profeta, debido a que sus anuncios son generalmente castigos o pruebas para los pueblos por causa de sus malas obras e idolatrías.
Debemos ser sinceros en esto, y la verdad es que, a ningún ser humano le agrada que le hablen de castigos y que le profeticen calamidades y desastres futuros.
Por esta razón, los falsos profetas siempre han sido y serán bien acogidos, ya que ellos sólo hablan y reafirman lo que el pueblo quiere oír, para de este modo conseguir el favor y el beneplácito de sus oyentes y seguidores. Obviamente, sus intereses no son espirituales.
En nuestro mundo actual abundan las malas obras y la idolatría. Si bien ya no se adoran públicamente dioses como en la antigüedad, solemos aún tener ídolos de todo tipo, que van desde cosas hasta personas.
Persecución y rechazo
Los ejemplos de rechazo y persecución a los profetas son muchos, pero en el Antiguo Testamento sobresalen los casos de Isaías, Jeremías y Ezequiel, quienes sufrieron el martirio al cumplir su misión.
En el Nuevo Testamento, la historia se repite en la forma más infame y despreciable que se podía imaginar, y fue sobre el espíritu más excelso que ha enviado Dios Todopoderoso a la Tierra; su hijo dilecto.
Cuando Jesús, el Divino Maestro realizó su misión, los escribas, fariseos y parte del pueblo se escandalizaron con sus enseñanzas, y se opusieron tenazmente a su prédica. Es así como lo acechaban y buscaban encontrar algún error en sus predicas, para de este modo tener algún motivo con que acusarlo.
Como era la tradición reinante en ese tiempo, ellos sólo ensalzaban a Moisés, pues su doctrina se basaba fundamentalmente en la Alianza, que suponía un juramento formal de obediencia, total y absoluta a la Ley de Moisés.
Sin embargo, el Divino Maestro Jesús nunca negó las enseñanzas de Moisés, ni tampoco objetó nada, sino todo lo contrario; reafirmó la Ley.
He aquí sus palabras; Mateo Cap.5, vs.17:
“No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido a abolir, sino para dar cumplimiento”.
“Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la Tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”.
El Maestro, consciente de su destino, les reprochó la infame actitud que ha tenido el pueblo desde muy antiguo para con los profetas.
Aquí hace una revelación (para los que tienen ojos para ver y oídos para escuchar); Él declara que, anteriormente había venido muchas veces en misión como profeta, para unir al pueblo y enderezar sus caminos, pero que ésta sería la última vez, hasta que cambien definitivamente.
Mateo Cap.23, Vs.37:
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
He aquí vuestra casa os es dejada desierta.
Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.”
El Maestro alienta a sus discípulos, pues sabe que el destino de sus apóstoles será la persecución y la muerte por dar a conocer la Verdad, el Evangelio Eterno.
Mateo Cap.5, Vs.11:
“Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.”
¿Qué ocurrió después?
La historia posterior es conocida. En el sanedrín acordaron su muerte, y para lograrlo utilizaron mentiras y falsos testimonios.
Posteriormente, parte importante del mensaje de Jesús fue tergiversado, y alguien llamado ‘Saulo de Tarso’, quien no fue su discípulo, predicó cosas que el Maestro Mesías nunca enseñó.
Algunos ejemplos:
· Que existe el perdón de pecados
· Que Jesús era Dios
· Que él vino a morir por nuestros pecados
· Que basta sólo la fe para salvarse y no las obras
Estas enseñanzas se afianzaron particularmente en las personas que no pertenecían al pueblo hebreo, ya que su sola mención era un insulto, una afrenta grave a la Ley de Moisés. De este modo, estos errores han perdurado hasta nuestros días, siendo la parte medular de muchas religiones actuales.
El mundo actual
Hoy podemos observar en nuestro mundo, violencia de todo tipo, guerras civiles, desenfreno, pérdida de valores, delincuencia, pedofilia, terrorismo, consumo masivo de drogas, etc. Hemos avanzado mucho tecnológicamente, pero seguimos muy atrasados espiritualmente.
Es cierto que hay muchísimas personas dignas, que hacen el bien y cuyo comportamiento demuestra que siguen las enseñanzas de Jesús, el Mesías, pero son muy pocas en comparación al resto.
Por esto, en mayo de 1982, los Maestros de la Cosmogonía nos dijeron lo siguiente:
“Hoy en la Tierra se ha vuelto atrás, se experimenta un retroceso y se viven los tiempos de Sodoma y Gomorra. Se han perdido los valores y todo se degenera. Los hombres están putrefactos”.
Inicio de su Misión
Cuando Madre Antonia comenzó a cumplir su misión, conocía perfectamente su destino, y sabía que sería perseguida.
Si bien, antiguamente se asesinaba el cuerpo, hoy en día quienes no aceptaron sus enseñanzas, lucharon contra su palabra profética valiéndose de los medios de este tiempo, realizando un verdadero asesinato moral.
Por esto, los Maestros de la Cosmogonía señalaron lo siguiente:
“El Padre Divino todo lo ve y todo lo toca. A su debido tiempo, el Divino Padre tocará los espíritus de todos los hombres terrenos.
Si el Divino Maestro Jesús hubiera vuelto a la Tierra, la humanidad lo habría tratado igual que a la Hermanita Antonia.
Es cierto que los enemigos de Dios de estos días no han puesto clavos en sus manos ni espinas en su frente, pero espiritualmente si que lo han hecho.
Los hombres terrenos no saben a quién han tenido a su lado. Pero yo os digo que después de muchos siglos, entre los hombres que sobrevivan a la hecatombe, el nombre de la Madrecita Antonia será recordado”.
En el año 1972, Madre Antonia difundió en una revista tres profecías; la primera anunciando la llegada del Apocalipsis, con terribles acontecimientos para el mundo y en especial para los que obran maldad e injusticia, y otras dos dando a conocer la llegada de Naves Espaciales con seres de muy elevada espiritualidad, para apoyarla en su ministerio profético, y también con la misión de ejecutar la Justicia Divina en la Tierra, y proteger a los justos.
Ellos representan “Las Señales en los Cielos” de las Sagradas Escrituras, en donde se les menciona como Ángeles y Arcángeles.
En sus palabras, Madre Antonia también entregó una luz de esperanza para todas las personas que han cumplido las enseñanzas de Jesús sobre el amor al Supremo Creador y a sus semejantes.
Como era de esperar, comenzó entonces una fuerte persecución en contra de ella, por parte de instituciones y personas que estimaron que los anuncios y enseñanzas eran contrarias a las creencias religiosas actuales, y por lo tanto peligrosas para la fe.
Se opusieron a su mensaje Divino en forma velada, para así no darse a conocer. Sus armas fueron la mentira y la difamación, y de este modo ridiculizar su mensaje y desacreditarla ante la opinión pública y las autoridades.
El resultado fue que la encarcelaron, le quitaron la personalidad jurídica a la institución fundada por ella, y el acceso a la prensa, radio y televisión le fue amablemente denegado, siempre con muchas excusas.
En algunas oportunidades se pudo acceder a la prensa escrita, pero sólo a través de las obras de beneficencia que realizaba la institución, pero no por el mensaje que difundía.
Sin embargo, Madre Antonia mostró gran valentía, y siguió adelante con su misión de dar a conocer la Ciencia Espiritual, el Evangelio Eterno a sus discípulos, quienes conformaban la Congregación por ella fundada, y a todo aquel que quisiera seguirla.
Es así como gracias a su entereza y fuerza espiritual, hoy podemos entregar a ustedes las enseñanzas que ella y los Maestros de la Cosmogonía trajeron.
Está escrito que después del castigo Divino a esta humanidad, será difundido el Evangelio Eterno en todo el orbe, antes que llegue el Día Final, el cual nadie conoce, sólo Dios Todopoderoso.
Como epílogo, sólo podemos decir que, tal como Madre Antonia profetizó, el castigo Divino ya ha comenzado, y cada cual recibirá en estricta justicia, de acuerdo a sus obras.
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