Capítulo 2
Introducción:
Recomendamos a nuestros estimados lectores, que vean en primer lugar el Capítulo 1 de esta serie, en donde explicamos en detalle cómo comprender las profecías de la Biblia, y los simbolismos que están relacionados con la Madre Antonia.
Como ya indicamos anteriormente, en el Antiguo Testamento se menciona a la Madre Antonia como “Sion”, la ciudad fiel, que tendría especial preponderancia en los Últimos Tiempos de la humanidad.
En la siguiente profecía, se puede ver claramente que Madre Antonia sufriría persecución al cumplir su misión. Fue rechazada en su patria, ignorada, perseguida, calumniada y puesta en prisión.
Por eso, el profeta la denomina como “la desamparada”.
Luego se le pide ver a sus congregados, aquellos que reconocerán su condición de profeta y la acompañarán en su labor de difusión.
Indica además que muchas personas, de distintos pueblos, llegarán para conocer sus enseñanzas, el Evangelio Eterno, y será cuando Dios Todopoderoso abra las mentes y los corazones de los supervivientes, después de la hecatombe que ocurrirá en la Tierra. Ellos son nombrados simbólicamente como sus hijos espirituales, y Ella como la “Madre” espiritual.
Al final, la profecía señala el castigo para los que han perseguido a la Madre Antonia, y la protección para los fieles.
Isaías Profeta, Cap.49, Vs.14:
“14 Y dijo Sion: Me ha desamparado el Señor, y el Señor se ha olvidado de mí.
15 ¿Cómo puede olvidar la mujer a su chiquito sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Y si ella le olvidare, pero Yo no me olvidaré de ti.
16 He aquí que te he grabado en Mis Manos; tus muros están siempre delante de Mis Ojos.
17 Vinieron tus perseguidores; los que te destruían y asolaban, se irán fuera de ti.
18 Alza tus ojos alrededor, y mira, todos estos se han congregado a ti vinieron; vivo Yo, dice el Señor, que de todos estos serás vestida como de vestidura de honra, y te los rodearás como una Esposa.
19 Porque tus desiertos, y tus soledades, y la tierra de tu ruina, ahora serán angostos para los muchos moradores, y serán echados lejos los que te sorbían.
20 Aún dirán en tus oídos los hijos de tu esterilidad: Angosto es para mí el lugar, hazme espacio para que yo habite.
21 Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró estos? Yo estéril, y sin parir, echada de mi Patria, y cautiva: ¿Y estos quién los crió? Yo desamparada y sola: ¿Y estos en dónde estaban?
22 Esto dice el Señor Dios: He aquí que Yo alzaré Mi Mano a las gentes, y a los pueblos levantaré Mi Bandera. Y traerán a tus hijos en brazos, y a tus hijas llevarán sobre los hombros.
23 Y reyes serán los que te alimenten, y reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado hasta la tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies. Y sabrás, que Yo Soy el Señor, sobre el cual no se avergonzarán los que le guardan.
24 ¿Por ventura será quitada la presa al fuerte? ¿o lo que apresare el valiente, podría ser salvo?
25 Porque esto dice el Señor: ciertamente el cautiverio será quitado al fuerte; y lo que haya sido quitado por el valiente, se salvará. Mas aquellos, que a ti te juzgaron, Yo los juzgaré, y a tus hijos Yo los salvaré.
26 Y a tus enemigos daré a comer sus carnes, y se embriagarán con su sangre, así como con mosto; y sabrá toda carne, que Yo Soy el Señor tu Salvador, y tu Redentor el Fuerte de Jacob”.
En la siguiente profecía, se menciona a los hijos espirituales de Madre Antonia, que habrán de llegar de todas las latitudes, cuando vean que todo lo anunciado por ella se ha cumplido.
También menciona que, los que en justicia estén junto a la Nueva Jerusalén, vivirán en paz, amor y fraternidad, tal como la Madre lo profetizó. Incluso ella mencionó que probablemente sería en una dimensión superior del Padre, puesto que la Tierra que conocemos estará completamente asolada y desierta.
Algunas estrofas mencionan también la persecución de la que fue objeto, e indican que la gloria volverá a ella, como la ciudad de la “Nueva Jerusalén” y que sus hijos serán enseñados por el Señor, es decir, conocerán la Luz de la Verdad, el Evangelio Eterno, sin ambigüedades, sin secretos y sin misterios, despojándose definitivamente del velo milenario de la ignorancia.
Quedará atrás la etapa de expiación en la Tierra, donde el sufrimiento prevalecía, y se vivirá una etapa de regeneración espiritual y moral, para felicidad de todos los que la habiten.
Isaías Profeta, Cap.54, Vs.1:
“1 Regocíjate, estéril, que no pares; canta alabanza, y grita la que no parías; porque muchos son los hijos de la desamparada, más de los de aquella que tiene marido, dice el Señor.
2 Ensancha el sitio de tu tienda, y extiende las pieles de tus pabellones, no seas escasa; haz larga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.
3 Porque te extenderás a la derecha, y a la izquierda; y tu prole heredará las gentes, y poblará las ciudades desiertas.
4 No temas, porque no serás avergonzada, ni sonrojada; pues no tendrás de qué afrentarte, porque te olvidarás de la confusión de tu mocedad, y no te recordarás más del oprobio de tu viudez.
5 Porque reinará en ti El que te vio, el Señor de los Ejércitos es el nombre de El; y tu Redentor el Santo de Israel, será llamado el Dios de toda la Tierra.
6 Porque el Señor te llamó como a mujer desamparada, y angustiada de espíritu, y como a mujer, que es repudiada desde la juventud, dijo tu Dios.
7 Por un momento, por un poco te desamparé, más Yo te recogeré con grandes piedades.
8 En el momento de Mi Indignación escondí un poco de ti Mi Cara, más con eterna Misericordia Me he compadecido de ti; dijo el Señor tu Redentor.
9 Esto es para mi como en los días de Noé, a quien juré, que Yo no traería mas las aguas de Noé sobre la Tierra; así juré, que no me enojaré contigo, ni te reprenderé.
10 Porque los montes serán conmovidos y los collados se estremecerán; mas Mi Misericordia no se apartará de ti; y la Alianza de Mi Paz no se moverá; dijo el Señor compasivo de ti.
11 Pobrecilla combatida de la tempestad, sin ningún consuelo. Mira que Yo pondré por orden tus piedras, y te cimentaré sobre zafiros.
12 Y haré tus baluartes de jaspe; y tus puertas de piedras entalladas, y todos tus recintos de piedras preciosas.
13 Y que todos tus hijos sean enseñados por el Señor; y que gocen ellos abundancia de paz. 14 Y serás cimentada en Justicia; ponte lejos de la opresión, pues no temerás; y del espanto que no te llegará a ti.
15 He aquí que vendrá el extranjero congregándose, algún pueblo que no estaba conmigo, el que en otro tiempo era extranjero para ti, se unirá contigo.
16 Mira que Yo creé al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra, y Yo creé al matador para destruir.
17 Todo instrumento que ha sido forjado contra ti, no tendrá buen suceso; y juzgarás en juicio toda lengua, que se resista contra ti. Esta es la herencia de los siervos del Señor; y la justicia de ellos está en Mí, dice el Señor”.
La siguiente profecía, se refiere simbólicamente a la Madre Antonia, es decir a la ciudad de “la Nueva Jerusalén”, e indica que la Tierra estará en tinieblas cuando ella deba cumplir su misión, debido a la ignorancia milenaria en que se encuentra sumida, por la maldad del hombre. Luego, cuando por fin se comprenda su mensaje, y al ver la gente sus profecías cumplidas, vendrán a ella, y andarán en la Luz.
Finalmente menciona que en el gobierno de la nueva civilización habrá paz, y que no existirá nunca más la iniquidad, habrá salud, y los presidentes serán justos. La vida será muy diferente a como ocurre en la actualidad.
Isaías Profeta Cap.60, Vs.1:
“1 Levántate, esclarécete Jerusalén porque ha venido Tu Luz, y la Gloria del Señor ha nacido sobre ti.
2 Porque he aquí que las tinieblas cubrirán la Tierra, y la obscuridad los pueblos; mas sobre ti nacerá el Señor, y Su Gloria se verá en ti.
3 Y andarán las gentes a Tu Luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.
4 Alza tus ojos alrededor, y mira; todos estos se han congregado, vinieron a ti, tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas del lado se levantarán.
5 Entonces verás, y te enriquecerás, y tu corazón se maravillará y ensanchará cuando se convirtiere a ti la muchedumbre del mar, y la fortaleza de las naciones viniere a ti.
6 Inundación de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Epha; todos los de Saba vendrán, y traerán oro e incienso, anunciando alabanza al Señor.
7 Y todo el ganado de Cedar se recogerá para ti, los carneros de Nebayoth serán para tu servicio; serán ofrecidos sobre mi Altar de Propiciación, y haré gloriosa la Casa de Mi Majestad.
8 ¿Quiénes son esos, que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?
9 Porque las islas a Mí me esperan, y las naves del mar desde el principio, para que traiga tus hijos de lejos; su plata y su oro con ellos, al Nombre del Señor tu Dios, y al Santo de Israel que te ha glorificado.
10 Y los hijos de los extraños edificarán tus muros, y los reyes de ellos te servirán; porque en mi enojo te herí; mas en mi reconciliación tuve misericordia de ti.
11 Y estarán tus puertas abiertas de continuo; de día y de noche no se cerrarán, para que sea conducida a ti la fortaleza de las naciones, y te sean conducidos sus reyes.
12 Porque la nación y el reino, que a ti no sirviere, perecerá; y las naciones serán destruidas y desoladas.
13 A ti vendrá la gloria del líbano, el abeto, y el boj, y el pino juntamente, para adornar el lugar de Mi Santificación, y glorificaré el lugar de Mis Pies.
14 Y vendrán a ti encorvados los hijos de aquellos que te abatieron, y adorarán las huellas de tus pies todos los que te desacreditaban, y te llamarán la Ciudad del Señor, la Sion del Santo de Israel.
15 Porque fuiste desamparada, y aborrecida, y no había quien por ti pasase, te pondré por lozanía de los siglos, para gozo en generación y generación.
16 Y mamarás leche de las naciones, y serás amamantada por el pecho de los reyes; y sabrás que Yo soy el Señor Tu Salvador, y Tu Redentor, el Fuerte de Jacob.
17 En lugar de cobre traeré oro, y por hierro traeré plata, y por leños cobre, y por piedras hierro; y pondré en tu gobierno la Paz, y en tus presidentes la Justicia.
18 No se oirá más hablar de iniquidad en tu tierra, ni habrá estrago ni quebrantamiento en tus términos, y ocupará la Salud tus muros, y tus puertas la Alabanza.
19 No tendrás más el Sol para que luzca de día, ni el resplandor de la Luna te alumbrará, sino que te será el Señor por Luz Perdurable, y Tu Dios por tu Gloria. 20 No se pondrá tu Sol de allí adelante, y tu Luna no menguará; porque el Señor te será por Luz Perdurable, y serán acabados los días de tu llanto.
21 Y tu pueblo todos juntos, heredarán para siempre la Tierra, renuevo de Mi Plantío, Obra de Mi Mano para glorificarme.
22 El menor valdrá por mil, y el párvulo por una nación muy valiente; Yo el Señor a su tiempo haré esto súbitamente”.
En la siguiente profecía bíblica, se menciona a “guardas” sobre sus muros. Efectivamente esto ocurrió cuando la persecución arreciaba sobre la Madre Antonia, debido a la incomprensión e intolerancia religiosa de su tiempo. Después de haber publicado en una revista sus 3 profecías, llegaban hasta su puerta personas malintencionadas con el objeto de hacer daño. Fuimos advertidos que su vida corría peligro, por lo que nos turnamos para cuidar sus muros.
Generalmente se menciona a Chile como “la extremidad de la Tierra”, debido al lugar geográfico en que está ubicado. Isaías lo menciona en el versículo 11.
Al final, el profeta revela que “la desamparada” ya no será llamada así, sino que será “La ciudad buscada”, como cumplimiento a lo anunciado para el Fin de los Tiempos, cuando se comprenda su mensaje y de todas partes lleguen a ella, pues la protección del Divino Padre Creador estará junto a sus seguidores.
Isaías Profeta, Cap.62, Vs.6:
“6 Sobre tus muros Jerusalén, puse guardas, nunca jamás callarán ni en todo el día, ni en toda la noche. No calléis, los que os acordáis del Señor.
7 Y no le deis reposo, hasta que establezca, y ponga a Jerusalén por alabanza en la Tierra.
8 Y juró el Señor por Su Diestra, y por el brazo de Su Fortaleza: No daré más tu trigo por comida a tus enemigos, y no beberán los hijos extraños tu vino, en que trabajaste.
9 Porque los que lo recogen, lo comerán y alabarán al Señor, y los que lo acarrean, lo beberán en Mis Santos Atrios.
10 Pasad, pasad por las puertas, preparad la calle al pueblo, allanad el camino, echad de él las piedras, y alzad el Estandarte a los pueblos.
11 He aquí que el Señor hizo oír en las extremidades de la Tierra, decid a la hija de Sion: Mira que viene tu Salvador, mira Su Galardón con El, y Su Obra delante de El.
12 Y los nombrarán, pueblo fiel, redimidos por el Señor, mas tú serás llamada: “La Ciudad Buscada”, y no “La Desamparada”.
No se pierdan el siguiente capítulo, sobre las profecías de la Biblia anunciando a Madre Antonia.
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