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Profecías en las Sagradas Escrituras sobre la Madre Antonia

Actualizado: 25 feb 2020

Capítulo: 1


Para comprender las profecías de la Biblia, es necesario entender que muchas están escritas en forma simbólica y alegórica, para referirse a personas y hechos.

Revisaremos algunas de estas profecías que mencionan directamente a la Madre Antonia, y las vicisitudes que ella había de pasar, en el cumplimiento de su misión, así como también los hechos que acontecerían luego de su paso por la Tierra.


El mensaje entregado por la Madre Antonia y los Maestros de la Cosmogonía, señala que estamos viviendo los días del Apocalipsis de Juan Evangelista, y que ha llegado a la Tierra la “Hora de la Prueba”, para probar el progreso espiritual y moral de cada habitante de la Tierra.


Ocurrirán muchos acontecimientos difíciles para todos los seres humanos, quienes deberán demostrar con hechos, actitudes y obras que están cumpliendo con todo lo que pidió y enseñó Jesús, el Divino Maestro.


Ya es inminente la llegada del Día Final, también llamado la “Hora del Juicio”, en donde la Justicia Divina dará a cada cual según sus obras.

Esto nos indica que no existe ni ha existido jamás el “perdón de pecados”, y que seremos juzgados por todo lo que hemos realizado.


El Supremo Hacedor, ha ordenado transmitir el Evangelio Eterno a los habitantes de la Tierra, pues ha llegado el momento en que la humanidad debe evolucionar y conocer la Verdad, sin ambigüedades, sin secretos, sin misterios.

Es una nueva Era, y todos debemos cambiar definitivamente hacia el bien, dejando atrás la noche oscura de la ignorancia, el egoísmo y la maldad.

En esta Misión religiosa, Sagrada y Divina, la Madre Antonia ha sido apoyada por los Maestros de los Mundos de la Cosmogonía Universal, que son los Mensajeros de Dios. En la Biblia son mencionados como Ángeles y Arcángeles.


Se cumple la Profecía del Apocalipsis de Juan Apóstol, Cap.14, Vs.6:

“Vi otro Ángel, que volaba por medio del Cielo y tenía un Evangelio Eterno para pregonarlo a los moradores de la Tierra y a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a grandes voces: “Temed a Dios y dadle gloria, porque llegó la Hora de Su Juicio y adorad al que ha hecho el cielo, la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.


El nombre profético de Madre Antonia, que nos fue revelado por los Maestros es: “La Nueva Jerusalén”.

En el Antiguo Testamento, los Profetas la llaman: “El Monte de la Casa del Señor”, “Jerusalén”, “Sion”, “La Ciudad Fiel”.

En el Nuevo Testamento, Jesús, el Divino Maestro la llamó: “La Reina del Mediodía”, “La Reina del Austro”, “el Espíritu de Verdad” o “El Abogado” que él había de enviar.


En el Apocalipsis de Juan Apóstol, Cap.12, es nombrada como “la Mujer cubierta del Sol, con la Luna bajo sus pies y en su cabeza una corona de doce estrellas”, “la Nueva Jerusalén”, “la Esposa”, “El Tabernáculo de Dios entre los hombres”.


Muchos han confundido este capítulo con María, la madre de Jesús, pero las profecías son la acción de predecir un hecho futuro gracias a la inspiración Divina, es decir no al presente ni al pasado.

El Apocalipsis relata las cosas que van a ocurrir en los Últimos Tiempos. Lo que le fue revelado a Juan son los acontecimientos que están ocurriendo hoy, en nuestro tiempo presente.


Veamos profecías del Antiguo Testamento.


Libro de Isaías Profeta, Cap.2 Vs.1

“1 Palabra que vio Isaías hijo de Amós, sobre Judá y Jerusalén.

2 Y en los Últimos Días estará preparado el Monte de la casa del Señor en la cumbre de los montes, y se elevará sobre los collados, y correrán a él todas las gentes.

3 E irán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte del Señor, y a la casa del Dios de Jacob, y nos enseñará sus caminos, y andaremos en sus senderos; porque de Sion saldrá la Ley, y la Palabra del Señor de Jerusalén.

4 Y juzgará a las naciones, y convencerá a muchos pueblos, y de sus espadas forjarán arados, y de sus lanzas hoces; no alzará la espada una nación contra otra nación, ni se ensayarán más para la guerra.

5 Casa de Jacob, venid, y caminemos a la Luz del Señor”.


El “Monte de Sion” y “Jerusalén” son sinónimos para representar a la Nueva Jerusalén del Apocalipsis, es decir; la Madre Antonia. Una vez comprendido su mensaje, correrán a conocer su legado todas las gentes. Estos serán los sobrevivientes y escapados de la hecatombe, gracias a la Justicia Divina que los protegió para tener la oportunidad de vivir una nueva Era de paz y amor.

Todo esto es lo que la siguiente profecía indica.


Isaías Profeta, Cap.4, Vs.2:

“2 En aquel Día será el Renuevo del Señor en Magnificencia y Gloria, y el fruto de la tierra elevado, y regocijo para aquellos de Israel, que fueron salvos.

3 Y acaecerá: Todo el que fuere dejado en Sion, y quedare en Jerusalén fiel será llamado, todo el que está escrito en la Vida en Jerusalén.

4 Cuando limpiare el Señor las manchas de las hijas de Sion, y lavare la sangre de (en) medio de Jerusalén con espíritu de Justicia, y con espíritu de ardor.

5 Y criará el Señor sobre todo lugar del monte de Sion y en donde fue invocado, Nube por el día, y Humo y resplandor de Fuego, que eche llamas en la noche; porque sobre toda Gloria será la Protección.

6 Y Tabernáculo será para hacer sombra de día contra el bochorno, y para seguridad, y guarida contra el torbellino y la lluvia”.


El “Renuevo del Señor” es Jesús, el Divino Maestro, que volverá en Gloria y Majestad el Día Final, a buscar a sus elegidos. La Profecía indica claramente que aquellos que estén con la Nueva Jerusalén serán protegidos por los Ángeles del Divino Padre Creador, tal como ocurrió en los días del Éxodo, con la “Nube” de fuego y humo.


Sin embargo, en la actualidad, las mentes aún continúan cerradas y ciegas a la Verdad, y sólo cuando el hombre se auto-destruya por su propia mano, con las poderosas armas que ha creado, en una guerra fratricida y sin cuartel, el Divino Padre Creador abrirá las mentes y las conciencias, tal como está escrito en la siguiente profecía.


Isaías Profeta, Cap.6, Vs.9:

“9 Y dijo: Anda y dirás a este pueblo: Oíd oyentes, y no lo entendáis; y ved la visión, y no la conozcáis.

10 Ciega el corazón de este pueblo, y agrava sus orejas; y cierra sus ojos: no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus orejas, y entienda con su corazón, y se convierta y le sane.

11 Y dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y dijo: Hasta que queden asoladas las ciudades sin habitador, y las casas sin hombre, y la tierra quedará desierta.

12 Y echará lejos el Señor a los hombres, y se multiplicará la que había sido desamparada en medio de la Tierra.

13 Y todavía en ella la décima parte, y se convertirá, y servirá para muestra como árbol y como encina, que extiende sus ramas; linaje fiel será, lo que quedare en ella”.


La Madre Antonia dedicó su vida a divulgar el Evangelio Eterno, pero no fue escuchada, los oídos de las gentes estuvieron sordos para su prédica. Lo que es peor, ella fue perseguida, calumniada y encarcelada, tal como ha ocurrido con todos los Profetas en este planeta. Por eso, la profecía la menciona como la “desamparada en medio de la Tierra”, pero después de la hecatombe sus seguidores se multiplicarán, llegando (de acuerdo a la profecía) a ser la décima parte de la humanidad, quienes se convertirán en hijos dignos y verdaderos del Supremo Creador, constituyendo el llamado “linaje fiel”.


La Tierra y sus habitantes serán juzgados en el Juicio, y cada ser humano recibirá el pago a sus obras. En la siguiente profecía, quién se sentará en el Trono de David, será Jesús, el Divino Maestro.

Quienes no sean hallados justos, serán barridos de la faz de la Tierra en la hecatombe. Los bienaventurados, serán protegidos.


Isaías Profeta, Cap.15, Vs.5:

“5 Y será establecido el Trono en misericordia, y se sentará sobre él en Verdad en el tabernáculo de David, quien Juzgará y demandará juicio, y dará prontamente a cada uno lo que es justo”.


No se pierdan el siguiente capítulo, sobre las profecías de la Biblia anunciando a la Madre Antonia.


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