Nuestra Misión
La misión de la Congregación Espiritual Paz y Amor es difundir las enseñanzas entregadas por los todos los Profetas y los Maestros de la Cosmogonía. Deseamos ayudar a nuestros semejantes en el camino del progreso espiritual, acercar las personas al conocimiento del Divino Padre Creador, Dios Todopoderoso, y de esta manera contribuir a la elevación Moral y Espiritual de la humanidad, derribando mitos y dogmas que sólo han confundido a los seres humanos para el provecho de algunos.
¿Cuáles son estas enseñanzas?
La Existencia del Divino Padre Creador: La primera y más importante certeza, la existencia del Divino Padre Creador, Dios Todopoderoso, único Dueño y Señor de todo lo creado en el infinito Universo. Por esta razón debemos todos reconocernos hermanos, ya que somos hijos espirituales de un mismo Padre. Cada elemento de la naturaleza nos muestra su maravillosa inteligencia creadora. Debemos reconocer y alabar al Padre Divino.
La Existencia del Espíritu.
El Espíritu es una creación de Dios y es parte de su esencia. Es una chispa electromagnética inmortal que posee inteligencia y va acumulando experiencia. Somos espíritus encarnados en la materia (Cuerpo Físico) y nuestra finalidad aquí en la tierra es buscar progreso espiritual, venimos a evolucionar y esto se logra mediante el conocimiento y comprensión de la naturaleza creada por Dios, del buen comportamiento y las buenas obras. Volvemos a vivir las veces necesarias, hasta alcanzar planos superiores en la escala del Progreso Espiritual.
Existe Vida en todo el Universo.
El hombre en la actualidad no está indiferente a las demostraciones de las Naves extraterrestres que circulan los cielos de todo el planeta Tierra. Los Maestros de la Cosmogonía nos han revelado que todo el Universo está habitado, por espíritus en diferentes grados de progreso. Nuestro planeta es aún muy primitivo en la escala del progreso universal.
En todas las épocas del planeta Tierra, las naves extraterrestres se han manifestado. Recordemos lo registrado en las Sagradas Escrituras: Los “Hijos de Dios” nombrados en el Génesis, la estrella de Belén, la nube que protegió al pueblo de Israel en el desierto, los carros de fuego de Elías y de Exequiel, el Maná recibido, etc.
También hay recuerdos en todas las culturas y civilizaciones a lo largo de la historia. El hombre en su ignorancia les llama Ovnis, porque no le conocen, pero realmente son Seres Superiores, que vienen a cumplir una misión a la Tierra por voluntad del Divino Padre Creador.
Acerca de los tiempos que estamos viviendo.
Actualmente vivimos una etapa de profundos cambios en el planeta, la humanidad será sometida a la justicia del Divino Padre, que examinará todas las conciencias, y dará sentencia inapelable. Hoy estamos inmersos en una Era de locura colectiva. Sin embargo, muchas personas están comprendiendo que vivimos una época de profundos cambios y quieren el progreso, la paz y la fraternidad. El mundo sufrirá una transformación completa para evolucionar junto con los espíritus que así lo merezcan y estén preparados, para formar un nuevo mundo de paz y amor. Los réprobos serán llevados a un planeta inferior.
Las Leyes del Padre que Gobiernan la Tierra y el Universo.
El Divino Padre ha creado Leyes que rigen el Universo y a los seres que lo habitan, permitiendo que todo esté en una perfecta armonía y sincronía. Algunas de ellas son:
Ley del Amor:
Es la Ley más importante con la cual todos debemos vivir, Existen distintos tipos de amor: El Amor al Divino Hacedor, Amor al Divino Maestro Jesús, Amor Fraternal, Amor Carnal, Amor Filial, Amor a la Naturaleza, es decir a la obra de Dios. El Amor es una llama que Dios ha puesto en cada espíritu, es el sentimiento que habita en seres de todas las galaxias, se habla en todas las lenguas, es el verdadero sentido de la vida y dignifica a los hombres.
Bienaventurado aquel que sigue las armonías infinitas del amor, solo el verdadero amor es el proceso del progreso y perfección espiritual, de amor únicamente se alimenta el espíritu.
Ley de Justicia:
El Divino Padre Creador en su infinita y perfecta justicia da a cada cual lo que se merece, según nuestras obras. La ley de Justicia rige en todo el Universo. No existe el perdón de pecados. Esta Ley se relaciona también con la Ley de Causa y Efecto. Sin embargo, Dios nos da nuevas oportunidades para nuestro progreso espiritual a través de la reencarnación.
Ley de Reencarnación:
La reencarnación es una Ley de la vida. Para el espíritu consiste en nacer en un cuerpo físico con el fin de progresar espiritualmente, pagando Karmas, aprendiendo, haciendo buenas obras. La reencarnación es: nacer, vivir la vida en la tierra, desencarnar y volver a reencarnar. Esto las veces que sea necesario, para adquirir la sabiduría suficiente, que nos permita ascender en la escala del progreso espiritual.
Ley de Causa y Efecto:
Cualquier acción en la naturaleza tiene un efecto similar, pero en sentido opuesto. De la misma manera, todo lo que el hombre hace tiene un efecto posterior. Hasta los pensamientos y deseos más escondidos. Esta ley forma parte de la ley de Justicia, por lo que estamos sembrando hoy para cosechar el día de mañana. Nuestro Divino Padre nos ha creado para ser felices, pero esta felicidad debe ser ganada por nosotros, porque todo es recompensado, nada queda sin pago y cada cual recibirá de acuerdo a sus obras y trabajo, es decir, el bueno será premiado y el malo castigado.
Ley del progreso y perfección:
Toda creatura tiende al desarrollo de sí mismo y de su ambiente, ya sea espiritual o materialmente. El hombre avanza con cada experiencia que le toca vivir, puede cometer los mismos errores una y otra vez, pero tarde o temprano aprenderá la lección. Luego comenzará con otra etapa, más profunda, y así sucesivamente. El progreso es una Ley Divina. El Padre Divino nos creó al principio de los tiempos, humildes, sencillos e ignorantes, la perfección debemos ganarla con nuestro esfuerzo. Algunos espíritus, como el Divino Maestro Jesús y los Maestros de la Cosmogonía se han adelantado a toda la humanidad, son sabios y verdaderos maestros, ayudantes del Padre.